TE HA ESCOGIDO

Isaías 48:10
"He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción."

Consuélate a ti mismo, creyente, con este pensamiento: Dios dice: "Te he elegido en el horno de la aflicción". ¿Acaso la palabra no llega como una suave ducha, aliviando la furia de la llama? Sí, ¿no es una armadura, contra la cual el calor no tiene poder? Que venga la aflicción, Dios me ha escogido. 

Pobreza, puedes entrar a mi puerta, pues Dios ya está en la casa, y Él me ha escogido. Enfermedad, puedes entrar, pues tengo un bálsamo listo, el mejor doctor del universo, Dios me ha escogido. Todo lo que me sucede en este valle de lágrimas es temporal, sé que Él me ha escogido. Si, creyente, cuando te sientas afligido, recuerda que tienes al Hijo del Hombre contigo en el horno del sufrimiento. En esa cámara silenciosa tuya, allí está sentado a tu lado Uno al cual no has visto, pero al cual amas; y muchas veces cuando no lo sabes, Él hace toda tu cama en tu aflicción, y alisa tu almohada para ti. Tu amigo se adhiere a ti. No puedes verlo, pero puedes sentir la presión de sus manos. ¿No oyes su voz? Aun en el valle de la sombra de la muerte dice: "No temas, yo estoy contigo, no te angusties, porque yo soy tu Dios". 

Recuerda ese noble discurso de César: "No temas, tú eres el mayor César y toda su fortuna." Pues yo te digo algo mejor: No temas, cristiano; Jesús está contigo. En todas tus pruebas ardientes, su presencia es tanto tu comodidad como tu seguridad. Nunca dejará a uno que haya escogido para sí mismo. "No temas, porque yo estoy contigo", es su segura palabra de promesa a sus elegidos en el "horno de la aflicción". 

A través de las inundaciones y de las llamas, si Jesús conduce, puedes estar seguro: El final va a ser muy feliz.