1 Corintios 10:12
"Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga."
Es un hecho curioso, que hay tal cosa como estar "orgullosos de la gracia". ¡Es increíble! Un hombre dice: "Tengo gran fe, no caeré". "Tengo amor ferviente", dice otro, "puedo soportar, no hay peligro de que me extravíe". El que se jacta de la gracia en realidad tiene poca gracia que alardear. Algunos que hacen esto se imaginan que sus "gracias" pueden guardarlos, ignorando que la corriente debe fluir constantemente de la cabeza de la fuente, o el arroyo pronto estará seco.
Si una corriente continua de aceite no llega a la lámpara, aunque hoy en día arda, mañana ya no funcionará. Ten cuidado de que no te glorifiques a tí mismo, o que alardees de lo que Dios te ha dado como si fuera algo que te has ganado, sino que toda tu gloria y confianza estén en Cristo y en su fortaleza, porque tan sólo Él puede impedir que caigas. Métete más en la oración. Pasa más tiempo en la santa adoración. Lee las Escrituras con más seriedad y continuidad. Cuida tu vida con más cuidado. Vive más cerca de Dios.
Deja que tu conversación sea un recuerdo del cielo. Vive, pues, para que los hombres conozcan que has estado con Jesús, y que has aprendido de Él. Y cuando llegue ese día feliz, cuando el que amas diga: "Sube más alto", que sea tu felicidad oírle decir: "Has peleado un buen combate, has acabado tu curso, y de ahora en adelante hay para ti una corona de justicia que no se desvavece"
Si crees estás firme, ten cuidado. Si estás donde estás, ha sido única y exclusivamente por la gracia de Dios. Ayuda a tus hermanos a llegar también allí. Así sea.
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