domingo, 18 de diciembre de 2016

PRUEBAS



Hechos 14:22
"Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios."


El pueblo de Dios tiene sus pruebas. Nunca fue el diseño de Dios, cuando escogió a su pueblo, que fueran un pueblo no probado. Fueron escogidos para purificarse como el oro en el horno de aflicción; nunca fueron elegidos para la paz mundana y la alegría terrenal. La libertad de la enfermedad y los dolores de la mortalidad nunca les fueron prometidos. Pero cuando su Señor redactó la carta de privilegios, incluyó pruebas entre las cosas a las que inevitablemente serían herederos. Los juicios forman parte de nuestra vida. Es la verdad. 


Tan seguro como las estrellas están formadas por Sus manos, y las órbitas fijadas por Él, así hemos de pasar por distintas pruebas. Los creyentes nunca deben esperar escapar de los problemas; si lo hacen, estarán decepcionados, porque ninguno de sus predecesores ha estado sin ellos. Recuerda la paciencia de Job; la peregrinación de Abraham, veamos bien las biografías de todos los patriarcas, profetas, apóstoles y mártires, y no descubriremos a ninguno que no haya pasado por el fuego de la aflicción. 

Está ordenado de antaño que la cruz de la angustia debe ser grabada en cada vida que va a ser testigo de  la misericordia de Dios. Pero aunque la tribulación es el camino de los hijos de Dios, tenemos el consuelo de saber que nuestro Maestro lo ha atravesado antes que nosotros; tenemos su presencia y simpatía para animarnos, su gracia para apoyarnos, y su ejemplo para enseñarnos a soportar... Y cuando alcancemos el Reino, lo disfrutaremos porque hemos permanecido firmes hasta el fin.

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