Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 5 de diciembre de 2016
PRECIOSO CRISTO
1 Pedro 2:7
"Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,
La piedra que los edificadores desecharon,
Ha venido a ser la cabeza del ángulo;"
Como todos los ríos corren hacia el mar, así todas las delicias se centran en nuestro Amado. Las miradas de sus ojos eclipsan al sol, la belleza de su rostro es más bella que las más selectas flores, ninguna fragancia es como el aliento de su boca. Las gemas de la mina, y las perlas del mar, son cosas sin valor cuando se mide su preciosidad.
Pedro nos dice que Jesús es precioso, pero él no nos dijo y no pudo decirnos cuán precioso, ni ninguno de nosotros podría calcular el valor del don inefable de Dios. Las palabras no pueden exponer la preciosidad del Señor Jesús a su pueblo, ni decir lo esencial que es para su satisfacción y felicidad. Creyente, ¿no has hallado en medio de la abundancia una gran hambre si tu Señor ha estado ausente? El sol brillaba, pero Cristo se había escondido, y todo el mundo era negro para ti; o era de noche, y puesto que la estrella brillante y de la mañana había desaparecido, ninguna otra estrella podía darte tanto como un rayo de luz. ¡Qué desierto tan aullante es este mundo sin nuestro Señor! Si una vez se esconde de nosotros, se secarán las flores de nuestro jardín; Nuestros agradables frutos se descomponen; los pájaros suspenden sus canciones, y una tempestad derrumba nuestras esperanzas. Todas las velas de la tierra no pueden hacer la luz del día si el Sol de la Justicia se eclipsa. Él es el alma de nuestra alma, la luz de nuestra luz, la vida de nuestra vida.
Querido lector, ¿qué harías tú en el mundo sin Él? ¿Qué harías tú de noche, cuando regresas cansado, si no hay puerta de comunión entre ti y Cristo? Bendito sea su nombre, no nos dejará probar nuestra suerte sin Él, porque Jesús nunca abandona a los suyos. Sin embargo, dejemos que el pensamiento vea lo que sería la vida sin Él, para aumentar su preciosidad y la conciencia de nuestra necesidad de Él.
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