Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
jueves, 14 de septiembre de 2017
EL ESPÍRITU SANTO: UN ANTICIPO DE LO QUE VIENE
Efesios 1:14
"...que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria."
¡Oh! Qué iluminación, qué alegrías, qué consuelo, qué deleite de corazón experimenta ese hombre que ha aprendido a alimentarse de Jesús, y sólo de Jesús. Sin embargo, la realización que tenemos de la preciosidad de Cristo es, en esta vida, imperfecta en el mejor de los casos. Como dice un viejo escritor: "¡Es un gusto!" Hemos probado "que el Señor es misericordioso", pero aún no sabemos lo bueno y lo bueno que es, aunque lo que sabemos de su dulzura nos hace anhelar más.
Hemos disfrutado de las primicias del Espíritu, y nos han puesto hambre y sed de la plenitud de la cosecha celestial. Gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción. Aquí estamos como Israel en el desierto, que sólo tenía un racimo de Escol, allí estaremos en la viña. Aquí vemos que el maná cae pequeño, como la semilla de cilantro, pero allí comeremos el pan del cielo y el maíz viejo del reino. Ahora somos principiantes en la educación espiritual; porque aunque hemos aprendido las primeras letras del alfabeto, no podemos leer palabras todavía, mucho menos podemos juntar frases. Pero como se dice, "El que ha estado en el cielo por cinco minutos, sabe más que la asamblea general de los teólogos sobre la tierra".
Tenemos muchos deseos ingratificados en el presente, pero pronto todos los deseos serán satisfechos. Y todos nuestros poderes encontrarán el empleo más dulce en ese mundo eterno de gozo. Oh Cristiano, prepárate para el cielo en este poco tiempo que tienes en la tierra. Dentro de muy poco tiempo serás libre de todas tus pruebas y tus problemas. Tus ojos ahora llenos de lágrimas no llorarán más. Contemplarás un arrebato inefable sobre el esplendor de Aquel que está sentado en el trono. Más aún, sobre su trono te sentarás.
El triunfo de su gloria será compartido por ti. Su corona, su alegría, su paraíso, éstos serán tuyos, y tú serás co-heredero con el que es el heredero de todas las cosas. ¡Prepárate!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario