domingo, 10 de septiembre de 2017

¿ÚLTIMOS?




Números 2:31
"Todos los contados en el campamento de Dan, ciento cincuenta y siete mil seiscientos, irán los últimos tras sus banderas."


El campamento de Dan levantaba la retaguardia cuando los ejércitos de Israel estaban en marcha. Los danitas ocuparon el último lugar, pero lo que importaba no era la posición, ya que eran verdaderamente parte de las tribus más 'importantes'. Ellos pasaron por lo mismo que pasaron las demás tribus, comieron del mismo maná, bebieron de la misma roca espiritual y viajaron a la misma herencia. Ven, mi corazón, ánimo, aunque último no eres menos importante que los que empezaron antes que tú. Es un privilegio enorme estar en el ejército. Alguien debe ser el último en honor y estima, alguien debe hacer trabajo servil para Jesús, y ¿por qué no debería ser yo? En un pueblo pobre, entre campesinos ignorantes o en una calle de atrás, entre pecadores degradados, trabajaré, e "iré atrás con mi estandarte".
 


Los danitas ocuparon un lugar muy útil. Los rezagados tienen que ser recogidos en la marcha, y la propiedad perdida tiene que ser recogida del campo. Los espíritus ardientes pueden avanzar por caminos sin tránsito para aprender nueva verdad y ganar más almas a Jesús. Pero algunos de un espíritu más conservador pueden estar bien comprometidos en recordar a la iglesia de su antigua fe y restaurar a sus hijos desmayados. Cada posición tiene sus deberes, y los hijos de Dios que se mueven lentamente encontrarán su estado peculiar en el cual pueden ser eminentemente una bendición para toda la caravana.

La guardia trasera es un lugar de peligro. Hay enemigos detrás de nosotros, así como ante nosotros. Los ataques pueden venir de cualquier flanco. Leemos que Amalec cayó sobre Israel y mató a algunos de los últimos. El cristiano experimentado encontrará mucho trabajo al ir en la ayuda de esas pobres almas dudosas, desanimadas, vacilantes, que son las últimas en la fe, el conocimiento y la alegría. 


Que sirvamos a Dios alegremente no importando el lugar en el que creemos estar. Para Dios, los últimos son primeros y los primeros últimos. Aleluya.

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