Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 12 de septiembre de 2017
PAZ EN MEDIO DEL SUFRIMIENTO
Deuteronomio 5:24
"Y dijisteis: He aquí Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehová habla al hombre, y éste aún vive."
El gran diseño de Dios en todas sus obras es la manifestación de su propia gloria. Cualquier objetivo menos que esto era indigno de sí mismo. Pero ¿cómo se manifestará la gloria de Dios a tales criaturas caídas como nosotros?
El ojo del hombre no es digno, tiene siempre una mirada lateral hacia su propio honor, tiene una estimación demasiado alta de sus propios poderes, y por lo tanto no está calificado para contemplar la gloria del Señor. Está claro, entonces, que el 'yo' debe estar fuera del camino, para que haya espacio para que Dios sea exaltado... Y esta es la razón por la que Él lleva a su pueblo a veces a los caminos estrechos y las dificultades para que, siendo conscientes de su propia locura y debilidad, podamos estar preparados para contemplar la majestad de Dios cuando Él viene a trabajar por nuestra liberación.
Aquel cuya vida es un sendero uniforme y suave, verá muy poco de la gloria del Señor, pues tiene pocas ocasiones de vaciarse a sí mismo y, por tanto, poca aptitud para ser llenada con la revelación de Dios. Los que navegan por pequeños arroyos y arroyos poco profundos, saben muy poco del Dios de las tempestades. Pero los que han batallado con tormentas y tempestades, éstos ven sus "maravillas en las profundidades". Entre las enormes ondas atlánticas de luto, pobreza, tentación y reproche, aprendemos el poder de Jehová, porque sentimos la pequeñez del hombre.
Da gracias a Dios, pues, si has sido guiado por un camino áspero: es esto lo que te ha dado tu experiencia de la grandeza y misericordia de Dios. Tus tribulaciones te han enriquecido con una riqueza de conocimientos que no puedes obtener de ningún otro modo: tus pruebas han sido la hendidura de la roca en la cual Jehová te ha puesto, como lo hizo con su siervo Moisés, para que vieras su gloria a medida que pasaba por ella.
Alaba a Dios que no te ha dejado a las tinieblas y a la ignorancia que la continuación de la prosperidad pudo haber implicado, sino que en la gran batalla de la aflicción, has sido capacitado para ver su gloria, pues has compartido también con Él en los sufrimientos. ¡Bendito sea Dios siempre!
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