miércoles, 18 de abril de 2018

FUERTE EN LA DEBILIDAD



2 Corintios 12:9
"Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo."


Cuando el guerrero de Dios marcha a la batalla, confiado en su propio poder, cuando se jacta, "sé que venceré, mi propio brazo derecho y mi espada de conquista me alcanzará la victoria", la derrota no está muy lejos. Dios no saldrá con ese hombre que marcha en su propia fuerza. 


El que calcula la victoria así ha calculado erróneamente, porque "No es por fuerza, sino por mi Espíritu, dice Jehová de los ejércitos". Quienes salen a pelear, jactándose de su destreza, regresarán con sus pancartas alegres arrastradas por el polvo y su armadura manchada con deshonra. Aquellos que sirven a Dios deben servirlo a Su manera, y en Su fortaleza, o nunca aceptará su servicio. Lo que el hombre hace, sin ayuda de la fuerza divina, no llegará muy lejos. Los meros frutos de la tierra Él echa fuera; solo cosechará ese maíz, cuya semilla fue sembrada del cielo, regada por la gracia y madurada por el sol del amor divino. Dios vaciará todo lo que tienes antes de que Él ponga lo suyo en ti; Él primero limpiará tus graneros antes de que Él los llene con lo mejor del trigo. 

El río de Dios está lleno de agua; pero ni una gota de ella fluye de las fuentes terrenales. ¿Estás de luto por tu propia debilidad? Ten valor, porque debe haber una conciencia de debilidad antes de que el Señor te dé la victoria. Tu vacío no es más que la preparación para que te llenen, y tu rechazo no es más que la preparación para que te levantes.

"Cuando soy débil, entonces soy fuerte, la gracia es mi escudo y Cristo mi canción".

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