miércoles, 25 de abril de 2018

TESTIGOS



Hechos 1:8
"Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."


Para aprender a cumplir con el deber como testigo de Cristo, observemos Su ejemplo. Él siempre está siendo testigo de su Padre: junto al pozo de Samaria, o en el Templo de Jerusalén: junto al lago de Genesaret, o en la cima de la montaña. Él está en la presencia de Dios noche y día; sus poderosas oraciones son tan constantes a Dios como sus servicios diarios. Él es testigo bajo todas las circunstancias; los escribas y los fariseos no pueden cerrar su boca; incluso ante Pilato es testigo de una buena confesión. Él es testigo tan claro y eficaz que hace discípulos de Dios y seguidores con una sola palabra: "Sígueme".


Cristiano, haz de tu vida un claro testimonio. Sé tú como el arroyo donde puedes ver cada piedra en el fondo, no como el arroyo fangoso, del cual solo ves la superficie, sino uno claro y transparente, para que el amor de tu corazón a Dios y al hombre sea visible para todos . No es necesario que digas: "Soy verdadero", eso se denotará con tus frutos. No te glories de integridad, sino sólo mantente firme. Entonces tu testimonio será tal que los hombres no podrán evitar verlo. 

Nunca, por temor al hombre débil, refrenes tu testimonio. Tus labios han sido calentados con un carbón del altar; déjalos hablar como deberían hacerlo los labios tocados por el cielo. "Por la mañana siembra tu semilla, y por la tarde no guardes tu mano". No mires las nubes, no consultes el viento - en temporada y fuera de temporada, sé testigo del Salvador, y si sucede que por el amor de Cristo y del evangelio, soportarás el sufrimiento en cualquier forma, no te entristezcas, sino regocíjate en el honor así conferido sobre ti, que te consideres digno de sufrir con tu Señor; y llénate de alegría también en esto: que tus sufrimientos, tus pérdidas y tus persecuciones te conviertan en una plataforma, de la cual testificarás más fuerte y con mayor poder para Cristo Jesús. 

Sé lleno de su Espíritu. Recuerda que necesitas mucha enseñanza, mucho apoyo, mucha gracia y mucha humildad, si tu testimonio debe ser para la gloria de tu Maestro.

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