Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 17 de abril de 2018
LA ORACIÓN QUE LLEGA AL CIELO
2 Crónicas 30:27
"Después los sacerdotes y levitas, puestos en pie, bendijeron al pueblo; y la voz de ellos fue oída, y su oración llegó a la habitación de su santuario, al cielo."
La oración es el recurso inagotable del cristiano en cualquier caso, en cada situación. Cuando no puedes usar tu espada, puedes llevar el arma de la oración total. Tu pólvora puede estar húmeda, tu cuerda de arco puede estar relajada, pero el arma de toda plegaria no necesita estar fuera de servicio. Leviatán se ríe de la jabalina, pero tiembla ante la oración. La espada y la lanza necesitan ser pulidas, pero la oración nunca se oxida, y cuando pensamos que es más contundente, corta mejor.
La oración es una puerta abierta que nadie puede cerrar. Los demonios pueden rodearte por todos lados, pero el camino hacia arriba siempre está abierto, y mientras ese camino no esté obstruido, no caerás en la mano del enemigo. Nunca podremos ser tomados por el bloqueo, la escalada, la lluvia o la tormenta, siempre y cuando los éxitos celestiales puedan descender a nosotros por la escalera de Jacob para aliviarnos en el momento de nuestras necesidades. La oración nunca está fuera de temporada: en verano y en invierno, sus ganancias son preciosas. La oración gana audiencia con el cielo en la oscuridad de la noche, en medio de los negocios, en el calor del mediodía, en las sombras de la tarde.
En cada condición, ya sea de pobreza, enfermedad, oscuridad, calumnia o duda, tu alianza con Dios dará la bienvenida a tu oración y la contestará desde su lugar santo. La oración tampoco es inútil. La verdadera oración es cada vez más poder verdadero. Puede que no siempre obtengas lo que pides, pero siempre tendrás tus necesidades reales provistas. Cuando Dios no responde a Sus hijos según la letra, lo hace de acuerdo con el espíritu. Si pides una comida burda, ¿te enojarás porque te da la mejor harina? Si buscas salud corporal, ¿deberías quejarte si por el contrario Él hace que tu enfermedad se convierta en la curación de las enfermedades espirituales? ¿No es mejor santificar la cruz que quitarla?
Esta noche, alma mía, no olvides ofrecer tu petición y ruego, porque el Señor está listo para otorgarte lo que necesitas.
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