miércoles, 4 de abril de 2018

NO SOMOS DE ACÁ


Juan 15:19
"Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece."


Aquellos que dudan de las doctrinas de la gracia, o que las arrojan a la sombra, pierden los racimos más ricos y más jugosos; pierden la mejor parte de la carne, lo más dulce de la miel. No hay bálsamo en toda la tierra comparable a la gracia. Así como la miel en el bosque de Jonatán, cuando tocó e iluminó los ojos de David, así es la miel que iluminará tu corazón para amar y aprender los misterios del reino de Dios. Come y no te preocupes; vive de esta delicada elección, y no temas que sea una dieta demasiado delicada. La carne de la mesa del Rey no dañará a ninguno de sus cortesanos. 


Deseo que tu mente se agrande, para que puedas comprender más y más el amor eterno, profundo y sin condiciones de Dios. Cuando hayas montado tan alto como el águila, espera en su montura hermana, el pacto de gracia. Los compromisos con el pacto son las municiones de una roca detrás de la cual yacemos atrincherados; los compromisos del pacto con el fiador, Cristo Jesús, son los silenciosos lugares de descanso de los espíritus temblorosos.

Si Jesús se comprometió a llevarme a la gloria, y si el Padre me prometió que me lo daría al Hijo para ser parte de la recompensa infinita del trabajo de su alma; entonces, alma mía, hasta que el mismo Dios sea infiel (cosa que nunca pasará), hasta que Jesús deje de ser la verdad (otro imposible), tú estarás a salvo. 

Cuando David bailó frente al arca, estaba danzando en la verdad de que la gracia lo abrazaba. Ven, alma mía, danza ante el Dios de la gracia y salta de alegría de corazón. No somos de este mundo, pero vivimos en él, y desde acá empecemos a disfrutar de la Gracia inagotable de Dios.

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