Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 10 de abril de 2018
UN ESPÍRITU RECTO
Salmos 51:10
"Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí."
Un reincidente, si queda una chispa de vida en él, sufrirá si peca después de la restauración. En esta renovación, se requiere el mismo ejercicio de gracia que en nuestra conversión. Necesitábamos arrepentimiento entonces; ciertamente lo necesitamos ahora. Necesitábamos la fe de que podríamos venir a Cristo al principio; solo la gracia puede llevarnos a Jesús ahora.
Necesitábamos una palabra del Altísimo, una palabra del labio del Amoroso, para terminar con nuestros miedos entonces; pronto descubriremos, cuando estamos bajo un sentimiento de pecado presente, que también la necesitamos ahora. Ningún hombre puede renovarse sin una verdadera y verdadera manifestación de la gracia del Espíritu Santo como lo sintió al principio, porque el trabajo es tan grande, y la carne y la sangre están tanto en el camino ahora como siempre lo estuvieron. Deja que tu debilidad personal, oh cristiano, sea un argumento para hacerte orar fervientemente a tu Dios por ayuda.
Recuerda, David cuando se sintió impotente, no cruzó los brazos ni cerró los labios, sino que se apresuró al asiento de la misericordia y pidió que se "renovara un espíritu correcto dentro de él". No permitas que la doctrina de que tú, sin ayuda, puedes hacerlo todo; pero deja que sea un aguijón en tu costado el que te lleve de nuevo al poderoso de Israel. Oh, para que tengas gracia para suplicar a Dios, como si suplicaras por tu vida: "Señor, renueva un espíritu recto dentro de mí". Quien sinceramente le ruegue a Dios que haga esto, demostrará su honestidad al usar los medios a través de los cuales Dios trabaja.
Mantente en oración, no dejes que el pecado te aleje de Dios. El Señor tiene sus propios caminos designados; ve al camino y mantente listo cuando Él pase. Ora, ayuna, lee... y si pecas, rápidamente vuelve a Él y pide por un Espíritu recto que se renueve en tu ser.
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