domingo, 29 de diciembre de 2013

AGRADECIMIENTO


En Efesios 4:29, el apóstol Pablo nos instruye a no utilizar ningún lenguaje soez o contaminante. En un momento, no me di cuenta que esto incluye quejarse, pero he aprendido que murmurar y quejarse contaminan nuestras vidas.

Simple y llanamente, ¡quejarse puede verse como un pecado! Esto hace que muchas personas vean una gran cantidad de problemas en sus vidas y destruye la alegría de las cosas "pequeñas".

Tenemos que analizarnos a nosotros mismos y ver lo rápido que nos impacientamos y empezamos a quejarnos cuando estamos atrapados en el tráfico o mientras esperamos en cajas registradoras de los supermercados o grandes almacenes... ¿Qué tan rápidos somos para detectar y señalar las faltas de nuestros amigos o familiares? ¿Nos quejamos de nuestro trabajo cuando deberíamos estar dando gracias a Dios que tenemos uno?

El mejor antídoto para quejarse es la acción de gracias. Las personas verdaderamente agradecidas no se quejan. Están demasiado ocupadas siendo agradecidas por todas las cosas buenas que tienen que no tienen tiempo para darse cuenta de las cosas en las que podrían quejarse.

La Biblia dice que debemos entrar en los atrios de Dios con alabanza y acción de gracias. Tú y yo tenemos que hacer una meta diaria el vivir una vida de acción de gracias. Vamos a ser tan positivos y agradecidos como sea posible.

Trata de ir a la cama por la noche pensando en todo lo que tienes por qué estar agradecido. Que sea lo primero que hagas en la mañana. Da gracias a Dios por las cosas "pequeñas" o cosas que normalmente podrías dar por sentado: un lugar de estacionamiento, despertar a tiempo para el trabajo, la comida, la familia ... No te desanimes cuando no pasen, pero trata de no tirar la toalla y estar bien. Sigue haciéndolo hasta que hayas desarrollado nuevos hábitos y sientas que estás viviendo con una actitud de gratitud.

Sé generoso con tu gratitud. Esto endulzará tu relación con el Señor.

Oración: Dios, ¡Yo quiero vivir con una actitud de agradecimiento, a partir de ahora! Te agradezco mucho por amarme y por bendecirme. Ayúdame a ver las cosas positivas de la vida y a dar gracias por ellas. En el nombre de Jesús,

Amén.

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