jueves, 26 de diciembre de 2013

UN CAMINO RECTO, UN PLAN PERFECTO

Foto cortesía de Cecilia del Cid, Barcelona, España.
"¡Dios tiene un plan perfecto para tu vida!"

Todos hemos oído esa frase, pero es muy posible que muchos de nosotros realmente no la creemos, o no la hemos podido experimentar en carne propia. Tal vez es la palabra "perfecto" la que nos preocupa. Para la mayoría de nosotros, perfección es algo que vemos fuera de lugar en nuestra vida, inalcanzable, inimaginable.

Perfección parece imposible. Y ¿adivina qué? ¡Lo es!

El plan de Dios no es perfecto porque nosotros seamos perfectos. El plan es perfecto, porque Dios es el que lo diseñó. La perfección viene de Él y de Él solamente. Él nos conoce mejor que nosotros mismos, y ha diseñado y puesto en marcha un plan diseñado específicamente para nuestras vidas.

Pablo nos dice en Filipenses 1:6 que Dios nos salvó y comenzó una buena obra en nosotros, y Su obra en nosotros llegará a la plena realización.

Al pensar en Dios que actúa en nosotros, debemos recordar que, imperfectos como somos, Dios es la perfección. Nada de lo que alguna vez podamos hacer será suficiente para satisfacer a la perfección de Dios. Sólo Jesús, el Perfecto, es lo suficientemente bueno. Y ya que estamos en Cristo, el plan perfecto de Dios es posible para nosotros!


La mejor forma de agradecer ese Plan (y por supuesto, empezar a llevarlo a cabo) es buscar la perfecta voluntad de Dios plasmada en la Biblia. El Salmo 119, el más largo de la Biblia es una bella descripción de lo que es y lo que provoca en nosotros la bendita Palabra de Dios. Ese salmo inicia con este hermoso versículo: "Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan conforme a la ley del Señor". Así que ese es el primer paso. Decidamos de una vez por todas volvernos de todo corazón al Señor, tomar ese camino recto que nos lleva hacia Él. Jesús dijo en Juan 14:6 que Él es el camino, la verdad y la vida. Hoy tomemos la decisión de seguirlo, de obedecerlo, de buscarlo y de dejar que Él tome el control de nuestra vida desde hoy y para siempre.



Oración: Querido Señor, yo sé que no soy perfecto, pero por bendición inmerecida tu plan para mí depende de Tu perfección, no de la mía. Gracias por el desarrollo de un buen trabajo dentro de mí. Confío en que lo completarás. Quiero buscarte en oración, leyendo y practicando tu Palabra. Sé que el camino recto es tu hijo Jesús y quiero retomarlo si es que alguna vez me aparté de Él. Gracias por tu amor y por esta nueva oportunidad que me das. No la quiero desaprovechar, en el nombre de Jesús te lo pido.

¡Amén!

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