Hebreos 11:30 "Por la fe cayeron las murallas de Jericó, después de haber marchado el pueblo siete días a su alrededor."
Josué fue 1 de las 2 personas que salieron de Egipto y entraron a la tierra prometida. Siempre su vida fue un ejemplo de creer en Dios sin importar lo que dijeran y murmuraran a su alrededor. Cuando Moisés envió a los 12 espías a inspeccionar la tierra, 10 de ellos regresaron con dudas y atemorizando al pueblo. Sólo Josué y Caleb daban esperanza y confiaban en que el Señor los podía ayudar a conquistar la tierra. Cuando todo el pueblo lloraba por el pesimismo de los otros 10 espías, dice la Biblia que Josué y Caleb actuaron así:
Números 14:6-9 "Allí estaban también Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, los cuales habían participado en la exploración de la tierra. Ambos se rasgaron las vestiduras en señal de duelo y le dijeron a toda la comunidad israelita:
—La tierra que recorrimos y exploramos es increíblemente buena. Si el Señor se agrada de nosotros, nos hará entrar en ella. ¡Nos va a dar una tierra donde abundan la leche y la miel! Así que no se rebelen contra el Señor ni tengan miedo de la gente que habita en esa tierra. ¡Ya son pan comido! No tienen quién los proteja, porque el Señor está de parte nuestra. Así que, ¡no les tengan miedo!"
Veamos acá algo: Ninguno de los que no tuvo fe entró a la tierra. Josué y Caleb sí tuvieron fe. Sí entraron. Vieron milagros maravillosos de Dios. No les importó lo que dijeran alrededor. Su confianza no estaba puesta en los hombres, en las circunstancias. No estaba puesta su fe en la altura de los habitantes de la tierra, ni en sus habilidades para la guerra. Ellos habían visto lo que Dios había hecho años atrás con el Mar Rojo. Sabían que por algo estaban vivos y para un propósito grande Dios los había enviado a la conquista.
Trasladémonos unos años y unos kilómetros más cerca. ¿Has visto milagros de Dios en tu vida? ¿En tu familia? Y si aún estás con vida, ¿No será que es porque hay un propósito grande? No veas el tamaño de las dificultades. No pongas la confianza en las cosas que puedes ver físicamente. De eso no trata la fe. Si estás vivo es porque aún te queda tiempo para ver los milagros de Dios en tu vida. Los muros de la deuda, la desesperación, la depresión, el rencor caerán SI y SÓLO SI confías en Dios y haces lo que Él te manda en su Palabra. Por muy ilógico que te parezca. A Josué lo mandó a dar vueltas alrededor de los muros. Pero las vueltas en sí no son las que provocaron que los muros cayeran, sino la fe. Josué y el pueblo confiaron en que algo Dios iba a hacer y lo hicieron. Confiaron ciegamente y Dios les dio la victoria.
¿Te animas hoy a confiar en Dios?
Oración: Señor, en primer lugar te quiero pedir perdón si he dudado alguna vez de tu Palabra y de tu obra en mi vida. Perdóname por poner mi confianza en las cosas que puedo ver. Tu Palabra dice que las cosas que se pueden ver son temporales, pero las que no se pueden ver son eternas. Hoy confieso mi fe en tí, te pido que con tu ayuda los muros que están obstaculizando mi vida caigan. No sé cómo va a pasar pero confío en tí. Confío en que tu hijo Jesús murió para darme vida, y vida en abundancia. Entrego mi vida una vez más, transfórmala, moldéala y hazla útil para tu reino. No quiero fracasar más. Por eso hoy tomo la decisión de seguirte voluntaria y conscientemente. Toma el control de mi vida, entra en ella y gobiérnala. En el nombre de Jesús te lo pido y te doy gracias.
Amén.
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