Marcos 7:6
"Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito:
Este pueblo de labios me honra,
Mas su corazón está lejos de mí."
El terrorismo nos está golpeando con fuerza en estos días. Muchos viven con temor de recibir daño simplemente por sus creencias. Lo que es aún más aterrador es el uso de la violencia como medio de justificar las creencias religiosas.
El extremismo religioso no es una cosa nueva. En la lectura de hoy vemos otra forma de extremismo religioso - juzgar a la gente porque no siguen las tradiciones. Para el fariseo, los discípulos de Jesús estaban sucios, simplemente porque no siguieron las prácticas del judaísmo (v.5). El problema con esta hipótesis era que los fariseos eran selectivos en sus prácticas - sólo seguían las prácticas que les convenían (vs 9-13).
Nosotros también podemos ser culpables de ser selectivamente juiciosos de los demás. Tendemos a veces pronunciar juicios severos sobre las personas simplemente porque no hacen las cosas de la manera que elegimos. Lamentablemente, muchos de nosotros se esconden detrás de la religión para justificar esos juicios. ¡La misma actitud de los fariseos en tiempos de Jesús!
Jesús les dice a los fariseos claramente que no es por las acciones de uno, sino los motivos lo que hace mover el corazón de Dios. Y esto tiene que ver con el corazón (v 20). Podemos hacer tantas cosas con la esperanza de que al hacerlo podemos ser considerados justos pero si nuestros motivos son malos o egoístas, todas nuestras buenas obras se desvanecerán.
Sólo Dios conoce nuestro corazón, por lo tanto sólo Dios puede juzgarnos con una medida justa. No tomemos el papel que le corresponde a Él.
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