domingo, 20 de marzo de 2016

SANTO O PROFANO



Levítico 10:10-11
"y para que hagáis distinción entre lo santo y lo profano, entre lo inmundo y lo limpio, y para que enseñéis a los hijos de Israel todos los estatutos que el Señor les ha dicho por medio de Moisés."


Un preso se escapó de la custodia policial cuando estaba siendo llevado a los tribunales. Él entonces fue a su casa a ver a su mujer que acababa de dar a luz. Al día siguiente, su padre lo entregó a la policía. No fue fácil para el hombre, pero tenía que hacer lo correcto.

El capítulo que contiene el texto de hoy es uno de los pasajes más impactantes en la Biblia. La ordenación de Aarón y sus cuatro hijos como sacerdotes era algo importante. A continuación, los dos hijos mayores murieron por el mismo fuego que trajo la alegría anterior. ¿Qué pasó? Que debido a que ofrecieron 'fuego extraño': Algo que Dios nunca pidió, fueron consumidos por Él.

Esta demostración de la severidad de Dios comenzó en el inicio mismo de la adoración en el tabernáculo de reunión. Dios quería establecer firmemente que su santidad no podría verse comprometida. La gente tenía que saber diferenciar entre las cosas que son aceptables para Él y las que no lo son. Lo mismo ocurrió en la vida de la iglesia primitiva cuando Ananías y Safira cayeron muertos cuando mintieron a Dios (Hechos 5:1-11).

Aaron, como padre, aceptó el juicio de Dios en silencio (v3). La parte más difícil seguramente fue que no pudo llorar la muerte de sus hijos como una persona más: Era el sacerdote del pueblo de Dios. Pero Dios mostró compasión cuando permitió a la comunidad llorar. También reconoció los trastornos emocionales de Aaron (vs 19-20) cuando se negó a comer la ofrenda por el pecado. Nuestro Dios es el Dios del amor y de la justicia.

¿Por qué rara vez hablamos de la severidad de Dios?
Es tan real su justicia como su amor. Oremos para que no abusemos del amor que Dios tiene por nosotros.

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