viernes, 4 de marzo de 2016

EL SEÑOR ACTÚA



Miqueas 1:3
"Porque he aquí, el Señor sale de su lugar, y descenderá y hollará las alturas de la tierra."

 
Dios nunca se queda sin un testigo. Cuando el pueblo de Dios le da la espalda a Él, Él levanta sus profetas y portavoces  encargados de advertir, reprender y recordarles del juicio de Dios. Dios a veces tiene que usar medidas muy duras para castigar a su pueblo y despertarlos de su complacencia y la rebeldía.

Miqueas, un verdadero profeta de Dios, habla con valentía y sin miedo contra los pecados del pueblo de Dios. Su principal deseo es mantener los estándares de Dios. No le preocupa que su mensaje inquiete o incurra en el desagrado de su audiencia.

Dios no está remoto y distante. Él ve y observa los asuntos de la raza humana y Él llamará a las naciones a dar cuentas. Porque Dios es santo y justo, Él tiene que juzgar la idolatría, la infidelidad espiritual, y la degradación moral. Dios puede usar los métodos más inverosímiles para castigar y corregir a su pueblo. Lo que a veces parece ser una tragedia puede ser una llamada de Dios de atención para nosotros para arrepentirnos de nuestros pecados y estar bien con Él de nuevo. Cuando las cosas indeseables ocurren en nuestras vidas, es bueno hacer una pausa y preguntar: "¿Dios, qué estás tratando de decirme o enseñarme aquí"

Miqueas se lamenta y llora por los pecados del pueblo de Dios. Se identifica con ellos en sus transgresiones. Él no permanece al margen ni se para a juzgar y condenar. Un verdadero profeta de Dios predica sin temor ni favor. Su mensaje no puede ser comprometido por el bien de los oyentes. Sin embargo, reprende siempre con el amor y la compasión de Dios.

¿Cómo respondemos cuando nos condenan por nuestros pecados y malas acciones?

Oremos por los líderes espirituales y las personas que genuinamente van con valentía y sin miedo a advertir y hablar en contra de los pecados y malas acciones en la iglesia y en la comunidad.

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