Miqueas 3:11
"Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en el Señor, diciendo:
¿No está el Señor entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros."
Dios pone una gran responsabilidad sobre los líderes y profetas. Son elegidos para un propósito: Para dar ejemplo y para guiar a la gente en los caminos de Dios y para cumplir con los propósitos de Dios. En el libro de Miqueas, Dios está enojado con los líderes y profetas, ya que han fracasado miserablemente. Han engañado a la gente y los han llevado por mal camino.
Cuando los líderes espirituales y profetas de Dios fallan en su responsabilidad, Dios los hará responsables y Su juicio será grave.
El falso profeta sólo habla lo que la gente quiere oír, habla palabras tranquilizadoras y agradables que dan una falsa sensación de paz y consuelo de que todo está bien. El falso profeta aspira a ser popular y aceptado. Por lo tanto, el pueblo de Dios se deja llevar por la complacencia y por el engaño.
Por el contrario, el verdadero profeta de Dios edifica, pero habla con la verdad de la Palabra de Dios. El verdadero profeta es, por tanto, a menudo visto como horrible y ofensivo. La acusación más común dirigida contra él es que tiene falta de amor. Él a menudo envía a la gente a casa sacudidos e inquietos acerca de su condición espiritual
Dios juzgará a los líderes que abusan de sus poderes o distorsionan la verdad para su propio beneficio egoísta.
Oremos por los líderes que temen a Dios y viven en integridad. Oremos para que no comprometan la verdad de Dios a cambio de la aclamación popular o beneficio privado.
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