Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
martes, 29 de marzo de 2016
NO ENDUREZCAMOS EL CORAZÓN
Hebreos 3:15
"en cuanto se dice:
Si ois hoy su voz,
no endurezcais vuestros corazones, como en la provocacion."
Si hay un mensaje que resuena desde el pasaje de hoy, es la siguiente: Hoy en día, si escuchas su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. Se produce en los versículos 7-8 y el verso 15. De hecho se trata de nuevo en 4:7 de la carta a los Hebreos.
La advertencia contra la incredulidad se remonta a los acontecimientos del Éxodo bajo Moisés. Los hijos de Dios habían pecado y no mantuvieron la fe en Dios después que Él los llevó a la tierra prometida. Los judíos que empezaban a leer en tiempos en que se escribió la carta ahora eran advertidos de no perder la fe, y no endurecer sus corazones. Si Jesús, el único más grande que Moisés, ha sido revelado, cuánto más debemos prestar mucha atención.
Este mensaje sin duda suena como un eco de lo que leemos al comienzo del capítulo 2. Podemos apreciar realmente la naturaleza Hebrea de esta epístola. Paralelismo, una característica de la poesía hebrea, es claramente evidente. El pasaje que leímos ayer de que Jesús es mayor que Moisés hizo eco del mensaje de que el Hijo es mayor que la Ley. Hoy en día, esa advertencia se hace a nosotros como cristianos: "¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?"
Un mensaje importante que vale la pena repetir. ¿Cuáles serán las cosas en nuestra vida que pueden llevar a que endurezcamos el corazón contra el mensaje del Evangelio?
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