Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
jueves, 10 de marzo de 2016
MI DIOS ME OIRÁ
Miqueas 7:7
"Pero yo pondré mis ojos en el Señor,
esperaré en el Dios de mi salvación;
mi Dios me oirá."
Cuando Dios juzga, no se salvan los malhechores y los rebeldes. Su juicio será sobre los que le desobedecen. En este caso, se produce una ruptura completa de la ley y el orden. La desintegración social, la violencia y la traición siguen. Sin embargo, si el pueblo de Dios se arrepiente y busca su perdón, Él lo levanta y restaura.
Dios es y será misericordioso. Él mostrará sus maravillas de nuevo y las naciones se maravillarán y lo alabarán.
¿Hay esperanza para los malhechores? La respuesta es un rotundo "¡Sí!" Dios no se queda siempre el enojo. Él perdona la maldad, y olvida las transgresiones (v 18). Esa es la esencia del Evangelio. Dios está lleno de compasión y se deleita en misericordia. Si hay un verdadero arrepentimiento, Dios perdona.
Dios no es hombre para que mienta. Él cumple sus promesas. Oremos para que podamos estar cada día a cuentas con Dios. Si pecamos, seamos rápidos en arrepentirnos y buscar su perdón.
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