Marcos 10:21
"Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz."
"Sígueme, tomando TU cruz", le dijo Jesús al joven rico. Nosotros no decidimos qué tipo de cruz vamos a cargar. Eso lo decide Él. Nuestra cruz personal se prepara y se designa para cada uno de nosotros por el amor divino, y debemos aceptarla; Dios sabe qué áreas de nuestra vida va a trabajar y lo que es mejor para nosotros, de manera que el resultado final de nuestra vida sea irnos con Él.
Jesús cargó con su cruz; Él va delante de nosotros para enseñarnos cómo se hace. ¡Seguramente no querríamos desear una mejor guía! El Vía Crucis es el camino que nos hará morir a nosotros mismos y resucitar a una vida eterna junto a Dios.
Amado, la cruz no está hecha de plumas, o forrada de terciopelo. Es pesada, incómoda, pero necesaria. Toma tu cruz, y por el poder del Espíritu de Dios, pronto te acostumbrarás, por amor a Dios, que al igual que Moisés, no cambiaría el reproche de Cristo por todos los tesoros de Egipto. Recuerda que pronto llegaremos a la tierra prometida y sabrás que habrá valido la pena.
Que Dios nos ayude a cargar con nuestra cruz, a seguirlo, a amarlo y a honrarlo cada día de nuestras vidas. Así sea.
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