Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
sábado, 26 de noviembre de 2016
LA SALVACIÓN ES DE JEHOVÁ
Jonás 2:9
"Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios;
Pagaré lo que prometí.
La salvación es de Jehová."
La salvación es la obra de Dios. Es solo él quien vivifica el alma que antes estaba "muerta en delitos y pecados", y es también Él quien mantiene el alma sedienta de Él en la nueva vida espiritual. Él es a la vez "Alfa y Omega". La salvación es de Jehová. De Él y solamente de Él. Si tengo hambre de su presencia, si mi vida necesita de Él, es porque Él me sostiene con su mano. No hago nada por mi propia cuenta, excepto lo que Dios mismo hace primero en mí.
Todo lo que tengo, todo lo que soy, todo mi bien es únicamente del Señor. Si he rechazado un enemigo espiritual, o la tentación, es por medio de la fuerza del Señor en mi. ¿Vivo delante de los hombres una vida consagrada? No soy yo, es Cristo quien vive en mí. ¿Estoy santificado? No soy yo purificándome: el Espíritu Santo de Dios me santificó. ¿Cómo puedo crecer en el conocimiento? Por medio del gran instructor que me enseña. Todos mis joyas fueron formadas por el arte celestial.
Si me alimento de Su Palabra, y siento satisfacción es porque Él ha puesto su Espíritu Santo dentro de mi. Esa palabra no sería una comida para mí, si el Señor no la hubiera hecho como un alimento para el alma. ¿Estoy recibiendo continuamente nuevo aumento de fuerza espiritual? ¿De dónde vienen esas fuerzas? Mi socorro viene de las colinas del cielo: sin Jesús no puedo hacer nada.
Como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, así tampoco puedo, excepto que permanezca en Él. Jonás ha aprendido esto en las grandes profundidades, y así como él no dudó en confesarlo, yo tampoco: "La salvación es de Jehová."
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