domingo, 20 de noviembre de 2016

NUNCA NOS DEJARÁ



Hebreos 13:5
"Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré;"


Ninguna promesa es de interpretación privada. Todo lo que Dios ha dejado escrito en Su Palabra, nos lo ha dicho a todos. Cuando se abre un pozo para uno, es para que todos puedan beber. Cuando Él abre un granero lleno de alimentos, puede que el motivo sea que hay un hombre con mucha hambre, pero todos los santos hambrientos pueden venir y alimentarse también. 


A lo largo de la Biblia hemos leído mucha Palabra de Dios dada a Abraham y su descendencia, a Moisés y el pueblo de Israel, al rey David y su deseo de adorar a pesar de sus pecados, al profeta Isaías, etc... No hay una gran bendición demasiado elevada para ti, ni tampoco una gran piedad demasiado extensa para ti. Alza ahora tus ojos hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste, porque el Dios que ha creado todo esto, es tu Padre Celestial. Sube a la cumbre de Pisga, y ve el límite máximo de la promesa divina, porque así como no lo tiene, así tampoco te quedarás sin su bendición, si le amas con todo el corazón. No hay un torrente de agua viva de la que tú no puedas beber. 

Sé audaz para creer, porque Él dijo, "Nunca te dejaré ni te abandonaré." En esta promesa, Dios da a su pueblo todo. "Nunca te dejaré." ¿Acaso esto deja de ser verdad para nosotros? ¿No es Él poderoso? ¡Él va a mostrar su poder y favor de los que que confía en Él? La verdad es que sí. Luego, con misericordia Él tendrá piedad de nosotros.  

No hay nada ahora, nada en el mañana, nada en el cielo que no esté contenido en este texto: "Nunca te dejaré ni te abandonaré." ¡Alabado sea Dios!

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