Salmos 62:5
"Alma mía, en Dios solamente reposa,
Porque de Él es mi esperanza."
Es un privilegio de los creyentes poder leer los salmos y sentirnos identificados con el lenguaje. Ver a Dios como el Todo, no solamente como el que nos suministra las necesidades, como un policía, como un contador que lleva el control de nuestras faltas y virtudes, como un viejito bonachón que no castiga ni nada, etc... Pero cuando lo vemos como lo que es en esencia: Amor, Gracia, Misericordia... entendemos mejor a los escritores bíblicos.
Mi Señor nunca deja de cumplir sus promesas; y cuando llevamos a su trono nuestras súplicas, Él nunca nos devuelve sin respuesta. A medida que nos acercamos a la puerta del cielo, esperamos oír la invitación de bienvenida, "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo."
Nuestra esperanza va más allá de las necesidades terrestres, estamos a la espera de arpas de oro y coronas de gloria; esperamos pronto estar entre la multitud de seres brillantes delante del trono; estamos esperando y anhelando el momento en el que hemos de ser como nuestro glorioso Señor, porque es cierto que, si morimos y dejamos esta tierra en Cristo, "Nos veremos tal como Él es".
Si éstas son tus expectativas, habla con Él día a día, derrama tu corazón tal como es, no escondas nada, ponte a cuentas día a día, y entonces en Dios reposarás, porque Él será toda tu esperanza. ¡Amén!
No hay comentarios:
Publicar un comentario