martes, 22 de noviembre de 2016

LLUVIAS DE BENDICIÓN



Ezequiel 34:26
"Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán."


"Y les daré la lluvia a su tiempo." Hermosa soberanía divina, llena de misericordia. ¿Quién ha hecho descender la lluvia sobre la tierra? ¿Quién esparce las gotas sobre la hierba verde? ¿No es el Señor? Así que la gracia es un don de Dios, y no debe ser "reclamada" por el hombre. 


Es cierto que el hombre puede hacer algunas cosas, puede sembrar... pero ¿Qué se puede hacer sin la lluvia? En cosas tan sencillas vemos que es absolutamente necesaria la bendición divina. Es en vano el trabajo, hasta que Dios otorga la lluvia y la gracia abundante. "Yo les enviaré lluvias." No dice: "yo less enviaré gotas". Lo mismo sucede con la gracia. Si Dios da una bendición, por lo general lo da en una medida tal que no hay espacio suficiente para recibirla. ¡Es gracia abundante! 

¡Ah! necesitamos esa gracia abundante para mantenernos humildes, para hacernos santos; gracia abundante para guardar nuestros corazones de nuestros propios pensamientos, para aprovechar al máximo esta vida espiritualmente hablando, y al final aterrizar en el cielo. No podemos hacerlo sin saturar las lluvias de gracia. 

¿Cuál será tu temporada esta mañana? ¿Es la temporada de sequía? Entonces esta palabra de lluvias de bendición vino a tiempo. ¿Es una época de gran tristeza y nubes negras? Entonces es momento de confiar en Dios. "Como tus días serán tus fuerzas". "Yo te daré lluvias de bendición." La palabra está en plural. Todo tipo de bendiciones de Dios se te darán si confías en Él

Todas las bendiciones de Dios van de la mano, como eslabones de una cadena de oro. Si te da la gracia que convierte, también te dará la gracia reconfortante. Él enviará "lluvias de bendición." Búscalo hoy, y como planta seca en tiempo de invierno, florecerás y darás fruto. ¡Así sea!

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