Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 16 de agosto de 2017
FORTALEZA ETERNA
Isaías 26:4
"Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos."
Viendo que tenemos tal Dios en quien confiar, descansemos sobre Él con toda nuestras cargas. Expulsemos resueltamente toda incredulidad, y esforcémonos por deshacernos de las dudas y los temores, que tanto desalientan nuestro consuelo, y así no habrá ninguna excusa para el temor si Dios es el fundamento de nuestra confianza.
Un padre amoroso se sentiría muy triste si su hijo no pudiera confiar en él. Y cuán poco generoso, cuán desagradable sería nuestra conducta si confiáramos tan poco en nuestro Padre celestial que nunca nos ha fallado y que nunca lo hará. Sería muy bueno si las dudas fueran desterradas de la casa de Dios, pero lamentablemente la vieja incredulidad es tan ágil hoy en día como cuando el salmista preguntó: "¿Su misericordia se ha ido para siempre?, ¿no será más favorable?" David, el mismo que había dicho una vez: "No hay nadie como Él", el que había probado una vez en la hora de su victoria juvenil, tuvo también momentos de duda y desconfianza. Pero lo cierto es que no hay roca como la roca de Jacob. No hay nada que se compare a Él en todo el universo.
Hemos estado en muchas pruebas, pero nunca hemos sido echados donde no pudiésemos encontrar en nuestro Dios todo lo que necesitábamos. Seamos alentados a confiar en el Señor para siempre, asegurando que su fuerza eterna será, como ha sido, nuestro socorro y fortaleza para siempre.
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