Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
sábado, 5 de agosto de 2017
NOS DIO SU GLORIA
Juan 17:22
"La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno."
He aquí la bondad superlativa del Señor Jesús, porque Él nos ha dado todo. Aunque un diezmo de sus posesiones habría hecho un universo de ángeles rico más allá de todo pensamiento, sin embargo, no se contentó hasta que nos hubiera dado todo lo que tenía.
Habría sido una gracia sorprendente si nos hubiera permitido comer las migajas de su generosidad bajo la mesa de su misericordia... Pero no hará nada a medias, nos hace sentarnos con Él y compartir la fiesta. Si nos hubiera dado alguna pequeña pensión de sus arcas reales, debiéramos haber tenido motivos para amarlo eternamente. Pero no, Él tendrá a su esposa tan rica como Él mismo, y no tendrá una gloria o una gracia en la cual ella no debe compartir. No se ha contentado con menos que hacernos coherederos consigo mismo, para que podamos tener iguales posesiones. Ha vaciado toda su heredad en las arcas de la Iglesia, y tiene todas las cosas comunes con sus redimidos.
No hay una habitación en su casa en la que retenga la llave para que su pueblo no entre. Él les da la libertad de tomar todo lo que tiene. La plenitud ilimitada de su total suficiencia es tan gratis para el creyente como el aire que respira. Cristo ha puesto el vaso de su amor y gracia en el labio del creyente, y le ha pedido que beba eternamente.
¿Qué prueba más verdadera del compañerismo puede el cielo o la tierra permitirse? "Cuando me pare ante el trono vestido de belleza que no es mía, cuando te vea como eres, te amaré con un corazón desinteresado porque entonces, Señor, voy a saber completamente cuánto debo."
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