sábado, 26 de agosto de 2017

DÍA Y NOCHE



Génesis 1:5
"Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día."


Esto es algo notable, pero tiene una analogía exacta en la experiencia espiritual. En todo creyente hay tinieblas y luz, y sin embargo no debe ser nombrado pecador porque hay pecado en él, pero debe ser nombrado santo porque posee cierto grado de santidad. Esto será un pensamiento muy reconfortante para aquellos que están de luto por sus debilidades y que preguntan: "¿Puedo ser un hijo de Dios mientras hay tanta oscuridad en mí?" 


Sí; porque tú, como el día, no tomas tu nombre desde la tarde, sino desde la mañana. Y en la Palabra de Dios se habla de ti como si fueses ahora perfectamente santo como lo serás pronto. Nosotros somos llamados hijos de la luz, aunque todavía hay oscuridad en nosotros. Tú eres nombrado después de lo que es la cualidad predominante a la vista de Dios, que un día será el único principio restante. Observa que la noche viene primero después de haber sido creado el día y la noche. Naturalmente somos oscuridad primero en orden de tiempo, y la penumbra es a menudo la primera en nuestra aprensión lúgubre, que nos lleva a gritar en profunda humillación, "Dios sé misericordioso conmigo, soy pecador". 

El lugar de la mañana viene después, cuando amanece y cuando la gracia supera la naturaleza. Lo que es primero, cede a su debido tiempo hasta el final... Pero nada viene después de lo último. Así que, cuando te sientas en oscuridad, cuando te sientas que has fallado recuerda volver a Dios y permite que la luz de la gracia de Dios te iluminen y te haga seguir trabajando sin decanso en el reino de Dios.

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