Éxodo 7:12
"Pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos."
Este incidente es un emblema instructivo de la victoria segura de la obra divina sobre toda oposición. Siempre que un principio divino se echa en el corazón, aunque el diablo pueda hacer una falsificación y producir enjambres de oponentes, tan seguro como siempre está Dios en la obra, que tragará a todos sus enemigos.
Si la gracia de Dios toma posesión de un hombre, los magos del mundo pueden derribar todas sus varas... Y aunque toda vara sea tan astuta y venenosa como una serpiente, lo cierto es que la obra divina, como la que actuó en la vara de Aarón tragará a las demás. Los dulces atractivos de la cruz atraerán y ganarán el corazón del hombre, y el que vivió sólo para esta tierra engañosa se dará cuenta que contra Dios nadie puede actuar. El mismo hecho debe observarse en la vida del creyente. Nuestros viejos pecados - el diablo los arrojó ante nosotros, y se volvieron serpientes. Ah, pero la cruz de Jesús los destruye a todos.
La fe en Cristo hace el trabajo y elimina los pecados de un ser humano arrepentido. Entonces el diablo lanza otra multitud de serpientes en forma de pruebas mundanas, tentaciones, incredulidad... Pero la fe en Jesús es más que un suficiente para ellos, y los supera a todos. ¡El mismo principio absorbente brilla en el fiel servicio de Dios! Con un amor entusiasta por Jesús se superan las dificultades, los sacrificios se convierten en placeres, los sufrimientos son honores.
La vara de Aarón demostró su poder dado por los cielos. ¿Nuestra vida lo estará haciendo? Si Cristo es algo significativo en nuestra vida, debe serlo todo. Que hagamos lo posible para mostrar su victoria en nuestra vida. En el nombre de Jesús, amén.
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