Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 25 de diciembre de 2017
AGRADECIDOS
Juan 1:14
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”
Nadie sabe con exactitud el día en que nació Jesús, pero es poco probable que fuera el 25 de diciembre. Puede que Su nacimiento haya sido en otoño, cuando el clima todavía era lo suficientemente cálido como para que los pastores estuvieran afuera con sus rebaños.
Sabemos que Jesús fue crucificado en la Pascua y que el Espíritu Santo descendió en Pentecostés. Así que algunos eruditos han llegado a la conclusión de que puede que el nacimiento de Jesús haya ocurrido en otra fiesta judía, la Fiesta de los Tabernáculos, o Sucot.
Aunque no podemos saberlo con certeza, sí sabemos que esta línea de razonamiento iría acorde con la manera en que Dios obró para enviar a Su Hijo -el Verbo hecho carne que «habitó ("hizo tabernáculo") entre nosotros» (Juan 1:14), en la Fiesta de los Tabernáculos. Sucot era un tiempo en el que los judíos practicantes vivían en moradas temporales y escuchaban la lectura de la Palabra del Señor (Deuteronomio 31:10-13).
Para los judíos, Sucot es «el tiempo de nuestro regocijo». Para todos nosotros, el tiempo de nuestro regocijo es el nacimiento de Cristo, quien trae el gozo de la salvación a todo el mundo. ¡Es tiempo de agradecer a Dios por haber enviado un día a Su Hijo a salvarnos!
Puede que la fecha del nacimiento de Cristo sea materia de debate, pero el hecho de Su vida no admite discusión. Es el Dios hecho hombre que vino a la Tierra para dar Salvación al que crea en Él. ¿Crees tú en Él?
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