Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 10 de diciembre de 2017
NUESTRO REFUGIO
Salmos 62:8
"Esperad en Él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio."
La fe aplica tanto a nivel terrenal como a lo espiritual; debemos tener fe en Dios para nuestros asuntos terrenales así como también para nuestra esperanza celestial. Solo cuando aprendamos a confiar en Dios para el suministro de todas nuestras necesidades diarias, viviremos por encima del mundo. No debemos estar ociosos, eso mostraría que no confiamos en Dios, que trabaja hasta ahora, sino en el diablo, que es el padre de la ociosidad. No debemos ser imprudentes o precipitados; no confiar en el azar en vez del Dios viviente, que es un Dios de economía y orden. Actuando con toda prudencia y rectitud, debemos confiar simple y completamente en el Señor en todo momento.
Permíteme recomendarte una vida de confianza en Dios en todo, incluso en las cosas temporales. Confiando en Dios, no te verás obligado a llorar porque has usado los medios pecaminosos para hacerte rico. Sirve a Dios con integridad, y si no tienes éxito, al menos no habrás pecado. Confiando en Dios, no serás culpable de autocontradicción. El que confía en sus propias habilidades, navega de una manera hoy, y de otra manera a la siguiente, como un barco sacudido por el viento voluble; pero el que confía en el Señor es como un bote impulsado por el vapor, atraviesa las olas, desafía el viento y hace una brillante senda plateada y directa hacia su refugio destinado.
Sé tú un hombre o mujer con principios vivos dentro; nunca cedas ante las diferentes costumbres de la sabiduría mundana. Camina en integridad con pasos firmes, y demuestra que eres invenciblemente fuerte en la fuerza que solo la confianza en Dios puede conferir. Así serás liberado del cuidado ansioso, no estarás preocupado con las malas nuevas, tu corazón será reparado, confiando en el Señor. ¡Qué agradable flotar a lo largo de la corriente de la providencia!
No hay una forma de vida más bendita que una vida de dependencia de un Dios que guarda el pacto. No tenemos preocupaciones, porque Él nos cuida; no tenemos aflicciones, porque dejamos nuestras cargas sobre el Señor. ¡Así sea!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario