Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
lunes, 18 de diciembre de 2017
MISTERIOS DIVINOS
Job 38:16
"¿Has entrado tú hasta las fuentes del mar,
Y has andado escudriñando el abismo?"
Algunas cosas en la naturaleza deben seguir siendo un misterio para los investigadores más inteligentes y emprendedores. El conocimiento humano tiene límites más allá del cual no puede pasar. El conocimiento universal es solo para Dios. Si esto es así en las cosas que se ven y son temporales, puedo estar seguro de que lo es aún más en asuntos espirituales y eternos. ¿Por qué, entonces, he estado torturando mi cerebro con especulaciones sobre el destino y la voluntad, el destino fijo y la responsabilidad humana?
Estas verdades profundas y oscuras no puedo comprender más que para descubrir la profundidad que se extiende debajo. ¿Por qué tengo tanta curiosidad por saber el motivo de las providencias de mi Señor, el motivo de sus acciones, el diseño de sus visitas? ¿Alguna vez podré apretar el sol en mi puño y sostener el universo en mi palma? sin embargo, estos son como una gota de un balde en comparación con el Señor mi Dios. Permítanme no esforzarme por comprender el infinito, sino gastar mi fuerza en el amor.
Lo que no puedo ganar con el intelecto lo puedo poseer con afecto, y eso me basta. No puedo penetrar en el corazón del mar, pero puedo disfrutar de las saludables brisas que barren su seno, y puedo navegar sobre sus olas azules con vientos propicios. Si pudiera entrar en los manantiales del mar, la hazaña no serviría para nada ni a mí ni a los demás, ni devolvería al marinero ahogado a su esposa e hijos llorosos; mi resolución de misterios profundos no me servirá de nada, porque el menor amor a Dios y el acto más simple de obediencia a Él son mejores que el conocimiento más profundo.
Mi Señor, te dejo el infinito y te pido que alejes de mí el amor por el árbol del conocimiento que pueda alejarme del árbol de la vida, que tenga tu amor y que pueda amar a los demás es todo lo que pido, en el nombre de Jesús, amén.
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