Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 6 de diciembre de 2017
¡SÁNAME!
Jeremías 17:14
"Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza."
Es la única prerrogativa de Dios eliminar la enfermedad espiritual. La enfermedad natural puede ser sanada instrumentalmente por los hombres, pero aun así el honor debe darse a Dios que da virtud a la medicina, y otorga poder al cuerpo humano para desechar la enfermedad.
En cuanto a las enfermedades espirituales, estas permanecen solo hasta que llega el gran Médico; Él las reclama como su prerrogativa, "Yo mato y vivo, hiero y curo"; y uno de los títulos de elección del Señor es Jehová-Rapha, el Señor que te cura. "Te sanaré de tus llagas", es una promesa que no podría provenir del labio del hombre, sino solo de la boca del Dios eterno. En esta cuenta, el salmista clamó al Señor: "Oh Señor, sáname, porque mis huesos están muy irritados", y nuevamente, "Sana mi alma, porque he pecado contra ti".
"Él cura todas nuestras enfermedades" dijo el profeta. El que hizo al hombre puede restaurar al hombre; el que fue al principio el creador de nuestra naturaleza puede crearla de nuevo. ¡Qué consuelo trascendental es que en la persona de Jesús "mora toda la plenitud de la Deidad corporal"! Mi alma, cualquiera que sea tu enfermedad, este gran Médico puede sanarte. Si él es Dios, no puede haber ningún límite a su poder. Ven entonces con la vista gorda de la comprensión oscurecida, ven con el pie cojo de la energía desperdiciada, ven con la mano lisiada de la fe débil, la fiebre de un genio airado, o la fiebre del estremecimiento abatido, ven tal como eres, porque Él, que es Dios ciertamente puede restaurarte de tu enfermedad espiritual.
Nadie debe restringir la virtud curativa que procede de Jesús nuestro Señor. Legiones de demonios se han hecho dueños del poder del amado Médico, y nunca Él se ha sentido desconcertado. Todos sus pacientes han sido curados en el pasado y lo serán en el futuro, y tú serás uno entre ellos, amigo mío, si quieres descansar en Él esta noche. Así sea.
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