Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
jueves, 7 de diciembre de 2017
NUESTRA ESPERANZA
Isaías 51:5
"Cercana está mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a los pueblos; a mí me esperan los de la costa, y en mi brazo ponen su esperanza."
En épocas de severas pruebas, el cristiano no tiene nada en la tierra en lo que pueda confiar y, por lo tanto, se ve obligado a arrojarse solamente sobre su Dios. Cuando su nave está en medio de tormentas, y ninguna liberación humana puede hacer uso de ella, debe simplemente y completamente confiar en la providencia y el cuidado de Dios. ¡Feliz tormenta que hace naufragar a un hombre en una roca como esta! ¡Oh bendito huracán que conduce el alma a Dios y solo a Dios!
A veces no se llega a nuestro Dios debido a la multitud de nuestros amigos; pero cuando un hombre es tan pobre, tan carente de amigos, tan indefenso que no tiene otro lugar adonde ir, ¡vuela a los brazos de su Padre, y está bendecido en Él! Cuando está agobiado por problemas tan apremiantes y tan peculiares, que no puede decirles a nadie más que a su Dios, puede estar agradecido por ellos; porque él aprenderá más de su Señor entonces que en cualquier otro momento.
Oh, creyente sacudido por la tempestad, ¡tu problema sólo es un camino que te conduce a tu Padre! Ahora que tienes solo a tu Dios para confiar, haz que pongas toda tu confianza en Él. No deshonres a tu Señor y Amo con dudas y temores indignos; sino esfuérzate en la fe, glorificando a Dios. Muestra al mundo que tu Dios vale diez mil mundos para ti. Muestra a los ricos cuán rico eres en tu pobreza cuando el Señor Dios es tu ayudador. Muestra al hombre fuerte cuán fuerte eres en tu debilidad cuando debajo de ti están los brazos eternos.
Ahora es el momento de las proezas de fe y las hazañas valientes. Sé fuerte y muy valiente, y ciertamente el Señor tu Dios, tan ciertamente como edificó los cielos y la tierra, se glorificará en tu debilidad y magnificará su poder en medio de tu angustia. La grandeza del arco del cielo se vería arruinada si el cielo estuviera sostenido por una sola columna visible, y tu fe perdería su gloria si descansara en algo discernible por el ojo carnal.
Que el Espíritu Santo te dé descanso en Jesús este día y para siempre. ¡Así sea!
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