Marcos 14:9
"Y en verdad os digo: Dondequiera que el evangelio se predique en el mundo entero, también se hablará de lo que ésta ha hecho, para memoria suya."
En la mayoría de las culturas asiáticas, la muerte es un tema tabú, especialmente entre los ancianos. Algunos no van a los funerales de amigos y parientes más jóvenes porque tienen miedo de la "mala suerte". El pasaje de hoy habla de la inminente muerte de Jesús. Los líderes religiosos estaban conspirando para arrestar a Jesús, y matarle (v 1). Tenían que encontrar un cómplice en Judas Iscariote (vs 10-11). Jesús era plenamente consciente de ello y felicitó a María diciendo que dondequiera que el Evangelio fuera compartido en los siglos venideros, su acción se hablaría en memoria de ella.
María se había sentado a los pies del Señor, escuchaba su enseñanza. Ella optó por la mejor parte (Lucas 10:39, 42). Fue a partir de ese lugar del corazón que ella actuaba. Ella ungió a Jesús, en el tiempo perfecto de Dios. Ella amaba y adoraba a su Señor sin importar lo que dirían los demás. Marta, que también estaba ahí, estaba ocupada haciendo en vez de escuchar (Juan 12: 2). Judas, también en la mesa, fue a entregar a Jesús por el precio de un esclavo y pagó un alto precio por ello.
María escogió almacenar sus tesoros en el cielo (Mateo 6:20). El rico insensato almacena hace para sí, pero no es rico para Dios. Algunos pasan toda la vida y esfuerzos ocupados en la carrera, la fama, la fortuna, los logros mundanos, recompensas temporales e incluso ministerios... Pero lamentablemente se pierden de conocer a Jesús y de la construcción de una relación con Él.
Jesús está contento cuando le adoramos todo corazón y en entrega total a Él. Todo ministerio o éxito inicia de una relación cercana a Cristo.
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