Marcos 12:24
"Jesús les dijo: ¿No es ésta la razón por la que estáis equivocados: que no entendéis las Escrituras ni el poder de Dios?"
La Biblia es un ejemplo vivo de la tendencia del hombre a alejarse de Dios continuamente. Una y otra vez en sus páginas, vemos a Dios llamando a su pueblo de vuelta a sus caminos. En el texto de hoy, Jesús se enfrenta a los saduceos incrédulos que eran notorios por su falta de perspectiva. Ellos estaban demasiado centrados en su propio estatus social para centrarse en las cosas que eran muy importantes.
Los saduceos se acercaron a Jesús con una pregunta sobre la resurrección, que nadie había sido capaz de responder, a pesar de que no creían en la resurrección (Hechos 23:8), y se trató de utilizarla para poner a Jesús en un aprieto . Era un escenario poco probable el que describen a Jesús, basado en la ley del levirato (verso 19), que fue dada por Moisés en Deuteronomio 25.
Era una antigua costumbre de que, si un hombre casado moría, su hermano se casaba con su mujer, preservando así la familia para que no se extinguiera y mantener intacta la riqueza de la familia. Era una costumbre social conveniente. Pero el cuadro pintado los saduceos era muy poco probable por cierto. La pregunta de los saduceos era: ¿De quién iba a ser esposa en la resurrección después de tener siete maridos? Jesús, sin embargo, creía en la resurrección de los muertos y Él les responde en el verso 24. Él les dijo que ellos estaban muy equivocados acerca de la resurrección debido a su ignorancia de la palabra y el poder de Dios. Los saduceos fueron desviados en cuestiones periféricas en lugar de concentrarse en las cosas que realmente cuentan - la comprensión de las Escrituras y el poder de Dios.
Con demasiada frecuencia, la iglesia ha pasado demasiado de su tiempo y energía en cuestiones periféricas artificiales y se han dejado de lado las cuestiones más importantes. ¿Cuáles son algunas cosas que no son ni importantes, necesarias ni bíblicas que realizamos en donde nos congregamos? Miremos hoy a través de los ojos de Cristo y veamos si no hemos descuidado las cosas más importantes.
Oremos porque siempre tengamos una clara comprensión de la palabra de Dios y vivamos por ella.
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