Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
viernes, 28 de julio de 2017
BUSCANDO AYUDA
Isaías 14:10
"Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros?"
¿Cuál debe ser la condena del profesor apóstata cuando su alma desnuda aparece ante Dios? ¿Cómo cargará con esa voz que rechaza a los que han servido de escándalo a los más pequeños? ¿Cuál será la vergüenza de este personaje en el último gran día en el que, ante multitudes reunidas, el apóstata será desenmascarado?
Ser maestro es un tema delicado. El libro de Santiago lo expone. Si estamos enseñando la Palabra de Dios, tengamos cuidado, porque es una responsabilidad tremenda. Podemos conducir a la verdad, o al error. "Examínense ustedes mismos, si están en la fe.", dice la Escritura. Examinémonos bien. Veamos si estamos en Cristo verdaderamente o no. Es la cosa más fácil en el mundo dar un veredicto indulgente cuando uno mismo debe ser juzgado... Seamos justo con todos, pero especialmente riguroso con nosotros mismos en el tema de la enseñanza de la Biblia.
Recuerda que si no es una roca sobre la cual edificas, cuando caiga la casa, grande será la caída también. Que el Señor nos dé sinceridad, constancia y firmeza. Que seamos encontrados irreprochables e íntegros. Así sea.
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