sábado, 29 de julio de 2017

NO VOLVAMOS A LA CORRUPCIÓN




2 Pedro 1:4
"Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;"


Desaparecer para siempre todo pensamiento de complacerse en la carne es señal de que alguien ha tenido un encuentro con el Señor resucitado. "¿Por qué buscáis al que vive entre los muertos?" Dijo el ángel a Magdalena. ¿Debía morar el viviente en el sepulcro? ¿Debe la vida divina ser inmersa en la misma casa donde hay lujuria carnal? ¿Cómo podemos tomar la copa del Señor y beber la copa de Belial? 


Ciertamente, creyente, de las lujurias y pecados abiertos hemos sido claramente liberados. Pero... ¿también hemos escapado de las más secretas y engañosas ramitas del enemigo de nuestras almas? ¿Hemos renunciado al orgullo? ¿Habremos escapado de la pereza? Recuerda, es para esto que has sido enriquecido con los tesoros de Dios. Si eres el elegido de Dios y amado por Él, no permitas que todo el prodigioso tesoro de la gracia sea desperdiciado sobre ti. Anhelemos una vida de santidad.

Es la corona y la gloria del cristiano. Una iglesia que se complace en el mundo es inútil y carente de estima entre los hombres. Es una abominación, la risa del infierno, el aborrecimiento del cielo. Los peores males que han venido jamás sobre el mundo han sido traídos sobre ella por ser una iglesia impía. Oh Cristiano, los votos de Dios están sobre ti. Tú eres sacerdote de Dios: actúa como tal. 

Tú eres elegido por Dios: no te asocies con Belial. El Cielo es tu porción: vive como un espíritu celestial, así probarás que tienes fe verdadera en Jesús, porque no puede haber fe en el corazón a menos que haya santidad en la vida.

"Señor, deseo vivir como alguien que lleva un nombre comprado por la sangre, como quien teme, y no desea una vida lejos de tí. Así sea mi Dios"

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