domingo, 16 de julio de 2017

¿ZARANDEADO?



Amós 9:9
"Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra."


Cada tamizado viene por orden divina y permiso. El diablo 'debe' pedir permiso antes de que haya podido poner un dedo sobre Job. Más aún, en cierto sentido, nuestros tamices son directamente obra del cielo, porque el texto dice: "Haré que la casa de Israel sea zarandeada..." El diablo puede sostener el tamiz, esperando destruir el grano, pero la mano dominante del Maestro está logrando la pureza del grano por el mismo proceso que el enemigo pretendía destruirlo.


El Señor Jesús seguramente usará el abanico que está en su mano, y dividirá lo precioso de lo vil. En el tamiz el verdadero peso es el que sale a luz. Las cáscaras y la paja que carecen de sustancia deben volar ante el viento, y sólo quedará el maíz sólido.

Observa la completa seguridad del trigo del Señor: Incluso el mínimo de grano tiene una promesa de preservación. El mismo Dios los limpia de la manera más eficaz, "como el maíz es tamizado en un tamiz". Y sin embargo, por todo esto, no se permite caer al suelo el grano más pequeño, más ligero o más arrugado. Cada creyente individual es precioso a los ojos del Señor, un pastor no pierde una oveja, ni un joyero un diamante, ni una madre un hijo, ni un hombre un miembro de su cuerpo, ni el Señor perderá a uno de sus redimidos. 


Por muy poco que creamos que somos, si somos del Señor, podemos alegrarnos de que seamos preservados en Cristo Jesús.

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