Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
domingo, 30 de julio de 2017
SEPARADOS
Éxodo 8:28
"Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí."
Esta es una palabra astuta de labios del faraón tirano de esa época. Si los pobres esclavos israelitas necesitan salir de Egipto, entonces negociará con ellos para que se queden cerca. No demasiado lejos para que escaparan del terror de sus brazos, y la observación de sus espías. De la misma manera, el mundo no desea tenernos lejos, sino siempre al alcance, para seguirnos esclavizando con los sistemas apartados de Dios que ofrece.
La sabiduría mundana recomienda el camino del compromiso, y habla de "moderación". Según esta política carnal, se admite que la pureza es muy deseable, pero se nos advierte que no es demasiado precisa. Que podemos ser creyentes, pero "no de remate". La verdad es, por supuesto, el camino a seguir, pero el error no debe ser severamente denunciado. "Sí", dice el mundo, "ser espiritual es bueno, pero no te niegues a una pequeña sociedad gay, un baile ocasional, y una visita a un concierto de un grupo que no habla nada de Dios".
Si seguimos al Señor enteramente, debemos irnos enseguida al desierto de la separación, y dejar atrás el Egipto del mundo carnal. Debemos dejar sus máximas, sus placeres y su sistema de creencias también, e ir muy lejos al lugar donde el Señor nos llama a ser santificados. Cuando la ciudad está en llamas, nuestra casa no puede estar demasiado cerca de las llamas.
Cuanto más lejos de una víbora mejor, y cuanto más lejos de la conformidad mundana mejor. A todos los verdaderos creyentes les digo que tarde o temprano oirán el sonido de la trompeta y la voz que dice: "Salid de en medio de ellos, sed separados."
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