viernes, 14 de julio de 2017

ESPÍRITU SANTO



Hechos 2:4
"Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen."


No nos alcanzaría el tiempo para agradecer las bendiciones de este día si todos nosotros estuviéramos llenos del Espíritu Santo. Las consecuencias de este relleno sagrado del alma sería imposible de sobrestimar. Vida, comodidad, luz, pureza, poder, paz... Y muchas otras bendiciones preciosas son inseparables de la presencia benigna del Espíritu. 


Como aceite sagrado, unge la cabeza del creyente, lo distingue del sacerdocio de los santos, y le da gracia para ejecutar su oficio correctamente. Como la única agua verdaderamente purificadora nos limpia del poder del pecado y nos santifica a la santidad, obrando en nosotros a voluntad y hacer del bien del Señor. Como la luz, nos manifestó al principio nuestra herencia perdida, y ahora nos revela al Señor Jesús a nosotros y en nosotros, y nos guía en el camino de la justicia. Iluminado por su puro rayo celestial, no somos más tinieblas, sino luz en el Señor. 

Como fuego, Él nos purga de la escoria, y pone nuestra naturaleza consagrada en un resplandor. Él es la llama sacrificial por la cual podemos ofrecer nuestras almas enteras como un sacrificio vivo a Dios. Como rocío celestial, elimina nuestra esterilidad y fertiliza nuestras vidas. ¡Oh, que cayera de lo alto sobre nosotros a esta hora temprana sería lo máximo! Tal rocío de la mañana sería un dulce comienzo para el día. Como la paloma, con alas de amor pacífico, guía a la Iglesia y sobre las almas de los creyentes, y como Consolador disipa los cuidados y las dudas que afectan la paz de su amada. 

Desciende sobre los escogidos como sobre el Señor en el Jordán, y da testimonio de su adopción, obrando en ellos un espíritu filial por el cual claman Abba, Padre. Como el viento, trae el aliento de la vida a los hombres. Soplando donde Él lo llama, realiza las operaciones de aceleración por medio de las cuales la creación espiritual es animada y sostenida. 

Que Dios nos permita sentir la presencia del Espíritu Santo este día y cada día de nuestra vida. En el nombre de Jesús, amén.

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