martes, 11 de julio de 2017

POZO DE AGUA VIVA



Números 21:17
"Entonces, cantó Israel este cántico:
    Sube, oh pozo; a él cantad;"


Famoso era el pozo de Beer en el desierto, porque era el tema de una promesa: "Ese es el pozo del cual el Señor habló a Moisés para que reuniera al pueblo para darles agua". La gente necesitaba agua, y fue prometida por su Dios misericordioso. Necesitamos nuevos suministros de la gracia celestial, y en el pacto el Señor se ha comprometido a dar todo lo que necesitamos. 


El pozo se convirtió en la causa de una canción. Antes de que brotara el agua, la fe alegre llevó al pueblo a cantar. Y al ver la fuente de cristal brotar, la música creció aún más fuerte y alegre. De la misma manera, nosotros que creemos en la promesa de Dios, nos alegraremos con la perspectiva de los avivamientos divinos en nuestras almas, y al experimentarlos nuestra santa alegría debe desbordarse. 

¿Tenemos sed? No murmuremos, sino que cantemos. La sed espiritual es amarga de soportar, pero no necesitamos soportarla... la promesa indica un pozo; Seamos de buen corazón, y busquémoslo. Lo que Dios se ha comprometido a dar, sepamos que lo dará. Esta noche pedimos que la Escritura que hemos leído y nuestros ejercicios devocionales no sean una formalidad vacía, sino un canal de gracia para nuestras almas. 

Por último, el pozo fue objeto de esfuerzo. Los nobles del pueblo lo cavaron con sus talentos y fuerzas. El Señor nos quiere activar en la obtención de la gracia. Nuestras duelas están mal adaptadas para cavar en la arena, pero debemos utilizarlas al máximo de nuestra capacidad. La oración no debe ser descuidada. La reunión de la iglesia mismos no debe ser abandonada. Las ordenanzas no deben ser menospreciadas. 

El Señor nos dará su paz más abundantemente, pero no en una forma de ociosidad. Pongámonos pues en busca de aquel en quien están todos nuestros manantiales frescos.

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