Pues por medio de Él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte. Ro 8:2
miércoles, 19 de julio de 2017
VERDAD FUNDAMENTAL
2 Timoteo 2:19
"Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo."
El fundamento sobre el cual descansa nuestra fe es éste: que "Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo consigo mismo, sin imputarles sus pecados". El gran hecho en que se basa la fe genuina es que "el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros", y que "Cristo también ha sufrido por el pecado, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios". "El mismo que llevó nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el árbol". "Porque el castigo de nuestra paz estaba sobre Él, y por sus llagas fuimos nosotros curados".
En una palabra, el gran pilar de la esperanza del cristiano es la sustitución. El sacrificio vicario de Cristo por los culpables, siendo Cristo hecho pecado por nosotros para que seamos hechos justicia de Dios en Él, Cristo ofreciendo un sacrificio expiatorio y sustitutivo verdadero y propio en el lugar y tiempo exactos.
Si se eliminara este hecho, ¿qué podríamos hacer? Nada, y lo sabemos. Nosotros descansamos en ese fundamento. Nos regocijamos en él, y nuestro deleite es sostenerlo, meditar en Él y proclamarlo, mientras deseamos ser impulsados y movidos por la gratitud por ello en cada parte de nuestra vida y conversación.
En estos días se hace un ataque directo a la doctrina de la expiación. Los hombres no soportan la sustitución. Ellos rechinan los dientes al pensar en el Cordero de Dios que lleva el pecado del hombre. Pero nosotros, que conocemos por experiencia la preciosidad de esta verdad, la proclamaremos con confianza y sin cesar. No lo diluiremos ni lo cambiaremos, ni lo gastaremos en ninguna forma o moda. Todavía será Cristo, un sustituto positivo, llevando la culpa y el sufrimiento humanos en el lugar de los hombres.
No podemos, no nos atrevemos a renunciar, porque es nuestra vida, y a pesar de toda controversia sentimos que "sin embargo, el fundamento de Dios está seguro". Bendito sea nuestro Señor.
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