sábado, 14 de octubre de 2017

EL PUEBLO QUE CONOCE A SU DIOS



Daniel 11:32
"Con lisonjas seducirá a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará."


Cada creyente entiende que conocer a Dios es la forma más alta y mejor de conocimiento; y este conocimiento espiritual es una fuente de fortaleza para el cristiano. Fortalece su fe. 


Los creyentes son constantemente mencionados en las Escrituras como personas iluminadas y enseñadas por el Señor; se dice que "tienen una unción del Santo", y es el oficio peculiar del Espíritu Santo conducirlos a toda la verdad, y todo esto para el aumento y el fomento de su fe. El conocimiento fortalece el amor, así como la fe. El conocimiento abre la puerta, y luego a través de esa puerta vemos a nuestro Salvador. O, para usar otra similitud, el conocimiento pinta el retrato de Jesús, y cuando vemos ese retrato entonces lo amamos, no podemos amar a un Cristo que no conocemos, al menos, en algún grado. 

Si sabemos poco de las excelencias de Jesús, lo que ha hecho por nosotros y lo que está haciendo ahora, no podemos amarlo mucho; pero cuanto más lo conozcamos, más lo amaremos. El conocimiento también fortalece la esperanza. ¿Cómo podemos esperar algo si no sabemos de su existencia? La esperanza puede ser el telescopio, pero hasta que recibimos instrucción, nuestra ignorancia se encuentra en la parte delantera del cristal, y no podemos ver nada; el conocimiento elimina el objeto que se interpone, y cuando miramos a través del cristal óptico brillante discernimos la gloria que se revelará, y anticipamos con gozosa confianza. 

El conocimiento nos proporciona razones para la paciencia. ¿Cómo tendremos paciencia si no sabemos algo de la simpatía de Cristo y entendemos el bien que ha de salir de la corrección que nos envía nuestro Padre celestial? Tampoco hay una sola gracia del cristiano que, bajo Dios, no sea fomentada y perfeccionada por el conocimiento santo. 

¿Cuán importante, entonces, es que crezcamos no sólo en la gracia, sino en el "conocimiento" de nuestro Señor y Salvador Jesucristo? Con esto en mente, tratemos de conocerlo día a día por medio de la lectura bíblica y la intimidad en oración.

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