miércoles, 11 de octubre de 2017

SEGADORES



Rut 2:17
"Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada."


Permítanme aprender de Rut. Cuando salió a recoger las espigas, también debía entrar en los campos de la oración, la meditación, las ordenanzas, y escuchar la palabra para recoger comida espiritual. La segadora recoge su porción de oreja a oreja; sus ganancias van poco a poco; así es que debo contentarme con buscar solo verdades, si no hay muchas más. 


Cada lección del evangelio ayuda a hacernos sabios para la salvación. La segadora mantiene los ojos abiertos: si tropezaba entre el rastrojo y botaba lo que había recogido, no tendría ninguna carga para llevar a casa alegremente en la tarde. Debo estar atento en los ejercicios religiosos para que no se vuelvan inútiles para mí. Me temo que he perdido mucho ya - O que puedo estimar correctamente mis oportunidades, y recoger con mayor diligencia. El segador se inclina por todo lo que encuentra, y yo quiero hacerlo también. Los altivos critican y objetan, pero las mentes humildes recogen y reciben beneficios. Un corazón humilde es una gran ayuda para escuchar profusamente el evangelio. 

Lo que el segador reúne se sostiene: si deja caer una porción para encontrar otra, el resultado de su trabajo del día sería apenas escaso; es tan cuidadoso de retener, y por lo tanto sus ganancias son grandes. ¿Cuántas veces olvido todo lo que oigo; la segunda verdad empuja a la primera de mi cabeza, y por lo tanto mi lectura y audición terminan en mucho sobre nada? ¿Comprendo debidamente la importancia de almacenar la verdad? Un vientre hambriento hace sabio a un segador; si no hay maíz en su mano, no habrá pan en su mesa; se trabaja bajo el sentido de la necesidad, y por lo tanto su pisada es ágil y su agarre es firme.

Tengo aún mayor necesidad, Señor, ayúdame a sentirla, para que me impulse a recoger en campos que rinden tan abundante recompensa a la diligencia. Que sea segador de tus verdades y tu palabra. En el nombre de Jesús, amén.

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