Efesios 1:11
" En Él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad."
Nuestra creencia en la sabiduría de Dios supone y necesita que tenga un propósito y un plan establecidos en la obra de salvación. ¿Qué habría sido la creación sin su diseño? ¿Hay un pez en el mar, o una ave en el aire, que fue dejado al azar en su formación? No, en cada hueso, articulación y músculo, tendón, glándula y vaso sanguíneo, marca la presencia de un Dios que trabaja todo según el diseño de la sabiduría infinita.
¿Y estará Dios presente en la creación, gobernando sobre todos, y no en la gracia? ¿Quién no sabe que no cae un gorrión a tierra sin el consentimiento de tu Padre? Hasta los cabellos de tu cabeza están todos contados. Dios pesa las montañas de nuestra pena en escalas, y las colinas de nuestra tribulación en equilibrios. ¿Y habrá Dios en providencia y no en gracia? ¿Se ordenará la cáscara por la sabiduría y el grano se dejará a la casualidad ciega? No; conoce el fin desde el principio. Ve en su lugar designado, no sólo la piedra angular que ha colocado en colores claros, en la sangre de su querido Hijo, sino que contempla en su posición ordenada cada una de las piedras escogidas sacadas de la cantera de la naturaleza, y pulido por su gracia; ve el conjunto desde la esquina a la cornisa, desde la base hasta el techo, desde la cimentación hasta el pináculo.
Tiene en su mente un claro conocimiento de cada piedra que se pondrá en su espacio preparado, y cuán vasto será el edificio, y cuando la piedra de la cima será sacada con gritos de "Gracia, Gracia a ella". En el último se verá claramente que en cada vaso elegido de misericordia, Jehová hizo lo que quiso con los suyos; y que en cada parte de la obra de la gracia cumplió su propósito, y glorificó su propio nombre.
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