domingo, 8 de octubre de 2017

PROMESAS COMO ESPIGAS



Rut 2:2
"Y Rut la moabita dijo a Noemí: Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía."


Cristiano abatido y con problemas, ven y recolecta hoy en el amplio campo de la promesa las siguientes espigas de gracia. Aquí hay abundancia de preciosas promesas, que exactamente satisfacen tus necesidades. Toma esta: "No romperá la caña cascada, ni apagará el lino humeante". ¿Qué te parece eso? Una caña, indefensa, insignificante, y débil, una caña magullada, de la cual ninguna música puede llegar; más débil que la propia debilidad; esa caña, sin embargo, no te romperá; sino que, por el contrario, te restaurará y fortalecerá. Tú eres como el humo de lino; ninguna luz, ni calor, puede venir de ti; pero Él no te apagará; Él soplará con su dulce aliento de misericordia hasta que él lino humeante se vuelva una llama. 


"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar". ¡Qué suaves palabras! Tu corazón es tierno, y el Maestro lo sabe, y por lo tanto te habla tan suavemente. ¿No le obedecerás, y vendrás a Él ahora mismo? Toma otra espiga de gracia: "No temas, Jacob, te ayudaré, dice el Señor y tu Redentor, el Santo de Israel". ¿Cómo puedes temer con una seguridad tan maravillosa como ésta? 

"Yo he borrado tus pecados como una nube, y como tu espesa nube tus transgresiones." O esto: "Aunque tus pecados sean como el escarlata, serán blancos como la nieve, aunque sean rojos como el carmesí, serán como la lana". O esto: "El Espíritu y la Novia dicen: Ven, y venga el que tiene sed, y que venga a tomar libremente el agua de la vida". El campo de nuestro Maestro es muy rico; he aquí los puñados. 

¡Mira, allí están ellos delante de ti, creyente tímido! Recógelas, hazlas tuyas, porque Jesús ordena que las tomes. ¡No tengas miedo, sólo cree! Agarre estas dulces promesas, medítalas y aliméntalas con alegría.

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