sábado, 21 de octubre de 2017

¡UNIDOS CONTRA LOS ESTORBOS


1 Tesalonicenses 2:18
"Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó."


Desde la primera hora en que el bien entró en conflicto con el mal, nunca ha dejado de ser cierto en la experiencia espiritual, que Satanás nos estorba. Desde todos los puntos de la brújula, a lo largo de la línea de batalla, en la vanguardia y en la retaguardia, a la madrugada y a la hora de medianoche, Satanás nos estorba. 


Si trabajamos en el campo, él busca romper el arado; si construimos el muro, él trabaja para derribar las piedras; si queremos servir a Dios en el sufrimiento o en el conflicto - en todas partes Satanás nos estorba. Él nos estorba cuando venimos por primera vez a Jesucristo. Los conflictos feroces que tuvimos con el diablo cuando primero miramos a la cruz y vivimos son evidentes. Ahora que somos salvos, se esfuerza por impedir la plenitud de nuestro carácter personal. 

Tú puedes estar felicitándote a sí mismo, "He caminado siempre recto hasta ahora, nadie puede desafiar mi integridad." Guardémonos de jactarnos, porque nuestra virtud todavía será juzgada; Satanás dirigirá sus esfuerzos contra esa misma virtud por la cual nos podemos enorgullecer el día de hoy. Si has sido hasta ahora un firme creyente, tu fe pronto será atacada; si has sido manso como Moisés, espera ser tentado a hablar con tus labios de manera impropia. Los pájaros picotearán en su fruta más madura, y el jabalí salvará sus colmillos en tus vides más elegantes. Satanás seguramente nos impedirá concentrarnos cuando estamos serios en la oración. Él revisa nuestra importunidad y debilita nuestra fe para que, si es posible, podamos perder la bendición. 

Tampoco el diablo busca obstruir el esfuerzo cristiano. Nunca hubo un renacimiento de la iglesia sin un renacimiento de su oposición. Tan pronto como Esdras y Nehemías comenzaron a trabajar, Sanbalat y Tobías se agitaron para obstaculizarlos. 

¿Entonces que? No nos alarmemos porque el diablo nos estorbe, porque es una prueba de que estamos del lado del Señor, y estamos haciendo la obra del Señor, y en su fuerza ganaremos la victoria y triunfaremos sobre nuestro adversario. ¡Así sea!

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