lunes, 30 de octubre de 2017

JEHOVÁ REINA



Salmos 97:1
"Jehová reina; regocíjese la tierra,
    Alégrense las muchas costas."


Causas para la inquietud no hay mientras esta bendita oración sea verdadera. En la tierra, el poder del Señor controla fácilmente la ira de los malvados como la ira del mar; su amor fácilmente refresca a los pobres con misericordia como la tierra es rociada con el rocío diariamente. La majestad brilla en llamas de fuego en medio de los horrores de la tempestad, y la gloria del Señor se ve en su grandeza en la caída de los imperios, y el desplome de tronos. En todos nuestros conflictos y tribulaciones, podemos contemplar la mano del Rey divino.



"Dios es Dios, ve y oye todas nuestras angustias, todas nuestras lágrimas. Alma, no te olvides, 'a mitad de tus dolores, Dios reina para siempre." Los dardos de la muerte están bajo la cerradura del Señor, y las prisiones de la tumba tienen al poder divino como su guardián. La terrible venganza del Juez de toda la tierra hace que los demonios se estremezcan y temblen, como los perros de la perrera temen al látigo del cazador.


"No temáis la muerte, ni los golpes de Satanás, Dios defiende quién en Él confía: Alma, recuerda, en tus dolores, Dios reina eternamente". En el cielo nadie duda de la soberanía del Rey Eterno, pero todos caen sobre sus rodillas para rendirle homenaje. Los ángeles son sus cortesanos, los redimidos sus favoritos, y todo el placer de servirle día y noche. ¡Que pronto podamos llegar a la ciudad del gran Rey!


"Por esta larga noche de tristeza de esta vida Él nos dará paz y alegría ... Alma, recuerda, en tus dolores, Dios reina eternamente".

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